martes, 19 de abril de 2016

LA PROPUESTA





La Propuesta

Por: Liliana A. L.

Lili "Cuenta cuentos"

   Nunca pensé que pudiera suceder algo tan espantoso como lo sucedido en nuestro hogar, pero antes, déjeme agradecerle por leerme, yo no le conozco a usted, ni usted a mí, pero cuando termine de leerme me conocerá mejor, y tal vez llegue a comprenderme y a solidarizarse conmigo luego de la pesadilla que tuvimos que vivir mis amigos, vecinos y yo.

   Nadie creería lo que voy a contarle; sin embargo, algo dentro de mí me dice que usted sí me creerá, y lo sé porque sino ya me habría dejado de leer, bien sea por curiosidad o porque eres la persona más indicada para compartirte este secreto.

   Todo comenzó hace unos meses atrás, en esta misma ciudad, debo aclararte que ésta no es una historia con el tipo de personajes que esperarías, los protagonistas somos libros, y antes que te aburras y quieras dejar de leerme, le suplico a tu niño interior que no te permita hacerlo.

   Nosotros los libros siempre hemos tenido vida, somos capaces de llevar a las personas a mundos insólitos, lugares hermosos, presentamos a personajes asombrosos, reales, imaginarios o simples, también vivimos al enseñar matemáticas o geografía, sí, suena algo loco, pero todos los libros tienen vida.

   Vivíamos en una biblioteca, cada estante es lo que es para ti un vecindario, y cada sección de filas es lo que es para ti una cuadra.  Yo vivía en el vecindario “Idiomas Modernos”, allí conocí a la que sería mi novia, su portada era linda, reflejaba lo que ella era; una reina.  Cuando la colocaron en mi misma sección me quedé mirando su rostro; lo que para ti viene siendo la portada de un libro, tenía una estatua de la Libertad, eso lo sabía porque yo mismo tengo esa foto en una de mis hojas, me llené de valor y la saludé con algo de timidez:

-       ¡Hola señorita!, ¡Bienvenida a la biblioteca!.

   Ella respondió:

-       Hello!, Thank you!.

   Yo no le entendí nadita de nada y le dije:

-       Perdón, no entiendo.

-       ¡Ay disculpa!, pensé que también hablabas inglés.  - Dijo ella.

-       No, yo sólo soy un diccionarios de Castellano, ¿y tú?.

-       Yo soy de Español e Inglés, mi nombre es Mary.

   Allí nació nuestra amistad, para luego convertirse en el gran amor de mi vida, y hoy que ya no está y que te narro todo esto, me da nostalgia, siento un nudo en la garganta, que me impide hablar, al pensarla y saber que ya no está y que no pude hacer nada por ella para protegerla y defenderla.

   En aquel mes, no había un día en el que no se escuchara el llanto de un libro en la biblioteca.  Un día oí un lamento:

-       ¡Oh mi cara!, Snif, snif, ¿cómo pudo hacerme esto?.

   Alcé la mirada y era un viejo libro de Geografía.

-       ¿Qué le ocurrió?. – Pregunté sorprendido.

-       Snif, snif, ¡Oh mi rostro!, dañó mi cara, arrancó mi caratula.  ¡Ese mocoso no tuvo compasión de mí!.

-       Señor de Geografía, trate usted de tranquilizarse, le aseguro que el bibliotecario hará algo al respecto. – Le dije, tratando de consolarlo.

   En ese instante entró el bibliotecario, tenía en sus manos la caratula del viejo libro, entró muy molesto diciendo:

-       ¿A esos tripones será que no les enseñan en sus casas a cuidar las cosas?. Ah pero cuidadito le reclamas al papá o la mamá porque te dicen en seguida: “¿Mi hijo?, ¡No!, él sería incapaz de partir un plato, ¡Yo no voy a pagar ese libro porque mi hijo no fue.” Por eso es que estamos como estamos, falta de padre y de madre.

   Y mientras decía todo esto tomó cinta plástica y pega para restaurar el libro de geografía.

   Ojalá ese hubiese sido el único evento, pero cada día un libro regresaba mutilado, ya nadie quería salir de la biblioteca, cuando antes era más bien emocionante ser escogido por un humano y ser leído, hasta la señora Novela estaba nerviosa, a ella antes si le gustaba ser llevada, más de una vez nos contó como sus lectores lloraban sobre sus páginas, o la llegaron a abrazar suspirando al leer la historia que ella les narraba.  Ese día en que salió gritó aterrada, pues no quería irse con ese estudiante, ya que los de camisa azul son los menos cuidadosos, y aunque gritó mucho ningún humano pudo ayudarla.  Cuando regresó no volvió a ser la misma, le habían arrancado sus tres hojas finales, porque según el estudiante, necesitaba una “chuleta” para su examen de Castellano y Literatura, y así poder copiarse, donde sin duda alguna preguntarían cómo terminaba “La Dama de las Camelias” de Alejandro Dumas.  La señora novela entró en una gran depresión, ese hecho la marcó tanto que jamás la volví a escuchar cantar, lo cual solía hacer cuando cerraban la biblioteca.

   En medio de todas esas tragedias Mary, la diccionario de Inglés, y yo nos fuimos enamorando, esa gringuita me tenía flechado el corazón, hablaba tan bonito pero yo no sabía naditica de inglés, así que un día investigando con otros diccionarios averigüé como se decía: ¿Te quieres casar conmigo? y así fui practicando: Do you marry me?.

   Planifiqué todo para la gran propuesta, un libro de fotografías me dijo que me ayudaría con el ambiente, mostrando sus hojas donde salía la Torre Eiffel para hacer de la petición de matrimonio un momento romántico. Dos de mis grandes amigos prometieron ayudarme con una serenata, uno era un libro de cocina Mexicana y otro de la Historia de los Aztecas, me aseguraron saberse muchas rancheras, así que durante tres días estuve ensayando con ellos mientras que ella no estaba pues el bibliotecario estaba estudiando inglés y todas las tardes llevaba a Mary y luego la devolvía.

   El señor Poemario también me ofreció su ayuda, exclamó:

-       ¡Un poema romántico jamás puede faltar para conquistar a una dama!, selecciona uno entre mis hojas.

   El libro de arreglos florales fue otro de los amigos que me aconsejó:

-       Todo lo que vas a hacer está muy bien, pero mira…(Abrió sus páginas mostrando diferentes flores)…nunca pueden faltar las flores para expresar el amor.

   Las rosas son hermosas pero todos regalan de éstas, ¡Te recomiendo las azucenas!. – Dijo con entusiasmo, mostrándome una fotografía, eran las flores más bonitas que yo había visto en toda mi existencia.

   El libro de Lenguaje Musical preparó una canción especialmente para Mary.  Y así fue como todos mis compañeros me ayudaron y aconsejaron para hacer de ese momento un evento inolvidable.  Siendo ya la tarde me sorprendió la señora Novela con su visita, me pidió que la acompañara a dar una caminata por los estantes y con su voz triste me dijo:

-       El amor sólo te traerá problemas, siempre termina en tragedia. Sino me crees pregunta a mis colegas. – Dijo seriamente señalando a algunas novelas.

-       Aquella novela de Shakespeare habla de un gran amor, Romeo y Julieta eran sus protagonistas, su final fue trágico. Aquel libro de Jorge Isaacs de llama “Maria”, su historia es muy triste, y la otra novela que ves a su lado es su mejor amiga, se llama “Peonía”, su historia es catastrófica.

   Mientras ella me hablaba yo miraba las caratulas de esas novelas, me sentí desanimado y contagiado de un gran pesimismo.  Ella finalizó su consejo:

-       No me lo tomes a mal pero…no te enamores.

   Ella se quedó en su vecindario y yo me devolví al mío, al caminar hacia mi estante alguien tocó mi lomo:

-       Espera amigo.  No deberías escucharla, no todas las historias tienen malos finales, conozco a un hombre a quien su esposa le fue infiel, después de eso se juró nunca amar jamás, pero una mujer con paciencia e ingenio logró apaciguar su ira y conquistó su corazón, por cierto, tuvieron una hermosa familia.

-       Agradezco tus palabras, ¿Cómo te llamas?.

-       Mi nombre es: “Las mil y una noches”, permíteme presentarte a otro amigo que te puede ratificar lo que te digo.

   Y acercándose el señor Cuento me mostró páginas que hablaban de una historia de amor con un final feliz, llamada: “La Bella y la Bestia”, cerrándose me dijo con seriedad:

-       Estimado compañero, el amor tiene sus dificultades pero quien ama verdaderamente siempre dará lo mejor de si mismo.  Y si no nos crees, pregunte al libro más antiguo que se ha impreso: La Biblia.

   Me quedé pensativo con esa conversación y decidí buscar a Doña Biblia, una anciana de la biblioteca que tenía fama de siempre tener las respuestas más sabias para todo. Al llegar a su estante me recibió con mucha amabilidad.

-       Hijito, ¿Y esa sorpresa?, ¿qué hace por acá?.

-       Disculpe la hora, es que necesitaba hablar urgentemente con alguien mayor que yo y con mucha sabiduría.

   Entre lágrimas le narré lo que ya le conté a usted, ella me escuchó con atención y abriendo sus páginas y con voz tierna me consoló diciendo:

-       “El amor es sufrido…” Lo puedes ver cuando la persona que te ama está a tu lado en la dificultad, llora con el que llora, y en medio de la tribulación no te dejará.

“…Es benigno…” del amor sólo podrán salir cosas buenas.

“…el amor no tiene envidia…” esto lo ves cuando alguien se alegra genuinamente con tu dicha.

“…el amor no es jactancioso, no se envanece…” quien te ame no te va a exhibir como un trofeo.

“…no hace nada indebido, no busca lo suyo…” quien ama no te buscará sólo para satisfacer un deseo pasional, no te irrespetará, ni te propondrá algo que luego te haga sentir mal contigo mismo, no abusará de lo que sientes para lograr algún objetivo.

“…no se irrita, no guarda rencor…” aunque ciertamente tengamos ocasiones en las que podremos sentirnos molestos, el amor no es una pelea continua y cuando te perdona no te sigue reprochando lo que una vez hiciste, pues no se acuerda más de ese hecho, el pasado no importa en el amor. El amor vive el presente y camina hacia el futuro. El que siente rencor siempre está mirando hacia atrás.

“…no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad…” un buen amor no se aprovechará de ti, no hará nada injusto contigo, y por encima de todas las cosas siempre hablará y hará las cosas con la verdad. En fin hijito, debes saber que el verdadero amor “todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…”

   Me di cuenta entonces que mi amor por Mary era así de bonito como para vivir todo eso que me decía Doña Biblia y dándome un abrazo concluyó diciéndome:

-       “Las muchas aguas no podrán apagar el amor”. No dejes que tus miedos te impidan creer en el amor, pues lo que sientes por Mary es puro.

   Me despedí y corrí emocionado, todos mis amigos me esperaban para la gran propuesta.  Mary ya dormía en su estante.  Yo estaba tan nervioso pero al mismo tiempo me sentía tan inmensamente feliz. Mis cuates mexicanos y yo cantamos una ranchera, Mary se asomó y sonrió, vio las flores y la Torre Eiffel que mis amigos mostraban para ambientar el instante.  Ella me hizo señas que esperara allí mientras bajaba del estante:

-       ¡Es una hermosa sorpresa!.

   El libro de Lenguaje Musical tocó la melodía mientras yo canté para ella. Ella suspiró y me abrazó. El señor Poemario abrió sus hojas en el poema que yo escogí para ella, pero no fue necesario leerlo porque cuando Mary me abrazó yo cerré mis ojos y lo recité sintiendo cada palabra en lo más profundo de mí. Usted que me lee sabe bien que el tiempo se detiene cuando uno abraza al ser amado.  Yo no reaccionaba, estaba perdidamente enamorado, no quería soltarla pero poniéndome de rodillas le dije:

-       Do you marry me?.

   Mary lloró emocionada y dijo algo en inglés que no entendí pero supuse era una respuesta afirmativa:

-       Yes, I do!, Of course!.

   La acompañé a su estante y ella se despidió con un beso.  Esa fue la última vez que la vi, justamente alguien la pidió prestada de la biblioteca hace dos semanas y no la ha devuelto, en esa misma semana otros colegas diccionarios también desaparecieron.  Sólo uno regreso para dar malas noticias, y es que al parecer los estudiantes mutilaron y dañaron muchos de ellos.

   Hoy siento indignación, rabia, frustración y dolor por no haber podido ayudar a Mary. Recordaba nuestro abrazo, daría lo que fuera por poder abrazarla de nuevo y no dejarla ir.

   De pronto el diccionario quedó en silencio, apesadumbrado y otra voz se escuchó:

-       ¡Chaval, no te sintáis mal!. – Interrumpió el Libro “Don Quijote” y prosiguió diciendo: - Yo te ayudaré a luchar con esos humanos. ¡Pelearemos con esos gigantes y recuperaremos a Mary!.

   No había terminado de hablar cuando entró Pedro, el bibliotecario, con todas las hojas de Mary, sin su caratula. El diccionario al ver a su amada en esas condiciones, lloró amargamente cayendo de su estante.

   Pedro lo recogió y lo colocó sobre la mesa, donde estaban las hojas que había recuperado de Mary, a lo lejos estaban las Novelas reprochándole:

-       ¡Te lo advertimos!.

   El desconsolado diccionario de tanto llorar cerró sus ojos y durmió.  Recordando los momentos más hermosos junto a Mary.  El bibliotecario miraba las hojas sin saber cómo darles un uso, y fue entonces cuando se le ocurrió una inusual idea.

   Al despertar el diccionario escuchó la voz de Mary:

-       Amor mío, aún estoy aquí, no llores más.

   El señor Pedro había tomado las hojas de Mary que logró rescatar y las pegó dentro del diccionario de Castellano, en la última parte de éste, ya que tenía una contraportada amplia, él la cubría con sus brazos, estaría resguardada con la portada y contraportada de su amor, ahora ellos eran un solo libro, cubriendo él la desnudez de Mary.


                                                                                   Fin