miércoles, 18 de diciembre de 2019

Maleta de ilusión


   Se fueron con la maleta llenita de ilusión.
Al dejarlo todo dejaron miedos y un trozo de corazón 
los ves riendo, otras veces los verás con nostalgia.
   Recordando el ayer de su infancia, 
tiempos que no se borran con tantos kilómetros de distancia.

Por: Lili (L.A.L)

jueves, 12 de septiembre de 2019

Cuando me encuentres


Cuando encuentres mi corazón y lo tengas en tus manos,
conocerás los suspiros que he callado.

Cuando tus ojos encuentren los míos,
sabrás que ya tu alma no sentirá más frío.

Cuando tu boca encuentre mis labios,
no tendrás más sed, y curaré los agravios,
de todo lo que viviste, de lo que te haya hecho daño.

Cuando me encuentres olvidarás todo en mi abrazo, 
tomarás mi mano, y volaremos muy alto. 


 Lili.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Las hermanitas de Guasipati



   Había una vez dos hermanitas que vivían en Guasipati. Filomena la mayor y a la más pequeñita la llamaban Pitufina.

   Ambas eran sumamente tranquilas, no daban ninguna molestia. Y como todos los habitantes de Guasipati, eran muy nobles.  Habían sido adoptadas por una familia que las recogió de un refugio. Para no separar a las hermanitas, la familia adoptó a ambas.

   Un día Filomena quiso salir a dar una vuelta, su hermanita le advirtió que no saliera. Pero ella no hizo caso, le dijo:

- ¡Ay no mijita! Tú quédate encerrada que yo voy a disfrutar de la vida.

   Y salió lentamente con cuidado para que nadie escuchara al ella salir.

   El padre de esa familia no se percató del asunto, y la hermana menor calló sin advertir nada, esperando que su hermana regresara y no la fueran a regañar. Pues pasaron las hora y no regresaba. Y esa noche no regresó. La familia al percatarse de tal situación entraron en desespero.

- ¿Dónde está tu hermana?.

Pero ella no respondió. Al igual que todos estaba muy preocupada.
Al día siguiente todos desayunaron con tristeza y dieron aviso, ya que alguien podía haber secuestrado a Filomena.
Pitufina fue la única que comió con mucha tranquilidad su sandwich vegetariano.

- ¿Cómo puedes comer tan tranquila mientras tu hermana sigue desaparecida?.

Le reclamó alguien.
  Pero Pitufina dentro de sí pensaba:

"O sea que yo tengo que pasar hambre porque esa diabla seguramente se fue con un novio".

  El padre de familia dijo: Saldré a buscarla.

   Mientras tanto, Filomena andaba perdida con mucho miedo, y unos hombres que jugaban domino la vieron. Uno exclamó:

- ¡Uy pero que ricura!.

Otro le dijo:

- Ven con papá.

Filomena estaba asustada. Pero otro que estaba con ellos.
les dijo:

- ¡Enfermos!.

Le dijo:

- Ven conmigo, soy oficial del ejército, buscaremos a tu familia.

   Y empezó a caminar con ella, el padre de familia al verla se alegró tanto y le dio las gracias al joven.

   Y de lo que se salvó, porque esos hombres querían hacer un pastel de Morrocoy. Hoy día Filomena aún vive con su hermana Pitufina. Aprendió a que no debe salir de la casa sola y sin avisar.

Fin.

   Espero les haya gustado y sonrían, un abrazo,

                            Lili.





martes, 10 de septiembre de 2019

Todo tiene su tiempo



Hay un tiempo de nacer y empezar a crecer, viviendo un día a la vez, con sus aprendizajes lindos y tristezas también.



Viendo la vida de forma simple, con sencillez, van pasando los días con tanta rapidez, que se van aquellos años adorables, de la hermosa niñez.



Aquellos días bonitos, con la gente que te supo querer. Que respondían a tus preguntas del por qué de todo y con amor te hacían comprender, te abrazaban, te mimaban y te enseñaron el camino del bien.



Llegando el otoño aprendiste a ver lo que moría, que por muy dura que es la muerte a todos les ocurriría. Es la lección más difícil de asimilar, porque nadie quiere que los buenos momentos puedan acabar.


Conoces entonces el rostro del dolor, pero en medio del llanto suele salir el sol. Conoces la tormenta, también la oscuridad, en esos momentos sabes con quién podrás contar.


Luego comprendes que fuiste bendecido, por aquellos seres amados que ya se han ido, que no mueren, siguen contigo, en lo más hermoso de tus recuerdos, en todo lo vivido.


Luego llega el tiempo de sembrar lo mejor de ti, lo mejor de tu amor, de hacer lo que te hace feliz, de dar tu corazón y poder compartir.



Luego llega el tiempo de sembrar lo mejor de ti, lo mejor de tu amor, de hacer lo que te hace feliz, de dar tu corazón y poder compartir.



Para luego llegar el tiempo de la cosecha, de ver los frutos de constante entrega. De ver que todo lo que diste, luego a ti regresa, como hermosa recompensa.



Conocerás en tu vida la temporada de invierno, cuando todo luce gris y el frío arropa tus sueños. Cuando no hay fuerzas y se derrumban anhelos.


...pero en medio del lamento, hallarás consuelo, porque no hay nada oculto bajo el cielo y con fe y esperanza volverás a alzar tu vuelo.




Cuando estés allá arriba observa bien sin juzgar, hay tiempo de reír pero también es bueno callar. Hay tiempo de seguir adelante y no mirar atrás, hay tiempo de aguardar en el nido y luego volar.



Tiempo de marcharse con la esperanza de volver...


...tiempo de regresar a casa para abrazarlos otra vez.



Tiempo de decir adiós con mucho dolor...




...tiempo de llegar a un nuevo lugar y mejorar tu condición.



También el verano llegará a tu vida, viendo que todos los males ya en ti no tienen cabida. Has madurado, y has sanado tus heridas, has enfrentado el miedo y no hay en ti cobardía.



Has conocido la enfermedad y su desdicha...



...pero también has conocido la salud y su alegría.





Has conocido el tiempo de la primavera, has aprendido el don de la paciencia y la espera.



Has conocido el tiempo del amor en cada atardecer...




Y el tiempo de soledad que muchas veces solías tener.



Yo sé que cada quién conoce sus propias goteras. Que cada uno de nosotros está pasando alguna tormenta...



… Un tiempo que quizás te duela, pero hoy quería decirte que tuvieras en cuenta, que en esta pequeña ventanita tendrás una historia bonita para que la leas.

Con amor,

Lili.

lunes, 9 de septiembre de 2019

La primera clase, empanadas

   Nuestra clase de gastronomía empezó, la verdad es que yo no sé tanto de comida, pero si de comer mucho jajaja, así que le dije que lo principal es tener buen humor y amor para hacer las cosas, que prácticando se aprende también por si se le quema alguna vez algo.  Le pregunté qué cosas sabía cocinar, y me dijo que no mucho, pues siendo la menor de sus hermanas y por dedicarse a sus estudios no la dejaban entrar a la cocina, era la niña mimada de la casa, le pregunte:

- ¿Qué cosas sabes hacer?.

- ¿Cuenta hacer "sanduches"?

- jajajajajaja, si, si cuenta jajajajaja.

- No te burles, Lili.

- Tranquila que yo tampoco sabía cocinar absolutamente nada, tuve que aprender cuando me casé.

   Ella iba aprendiendo e ibamos hablando:

- ¿Qué expresiones venezolanas sabes ya?.

- Pues he aprendido algunas:

Naguará, que es cuando te asombras, pero me gusta más ¡Qué molleja!, que también es para asombro, ¿no?. Me gusta una que es: "¿Vas a seguir Abigail?" que es para cuando uno insiste mucho en algo.

- Bueno pero ya veo que has aprendido varias cosas.

- Si, mucho. Un día voy a vivir allá, tengo que ir aprendiendo.

- ¿Vivir allá?.

- Si, frente al mar Caribe. Mi tío Dany me ha contado muchas historias, él era pescador allá, siempre me ha contado mucho de las playas, los paisajes, de todo.

- Ahorita la vida allá es muy fuerte, la gente está tratando de resistir.

- Si, yo sé. Pero eso va a pasar. Los malos tiempos también pasan, Lili. Las personas a veces no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos y ya no está. Cada momento y experiencia cuenta.

- En eso estoy totalmente de acuerdo.

- Lili, ¿qué es lo que más le gusta al hombre venezolano?.

- Depende, nadie es igual, todas las personas son diferentes, tienes que tratar a las personas y tomarte el tiempo para conocerles en sus virtudes y defectos. No correr para luego llevarte chascos, habla mucho con las personas, toma tiempo en escucharles, en ver cómo se expresan y sobre todo en cómo tratan a otros.  Sobre todas las cosas cuidado contigo misma.

- ¿Por qué conmigo misma?.

- Porque con el tiempo he aprendido que como tú eres, ves a los demás, entonces piensas que los demás van a ser como tú, van a responder como tú, van a tener la misma educación y respeto que tú, y muchas veces no es así, tratas de ver un reflejo de ti en los demás y por eso a veces nos llevamos chascos, por no permitirnos ver a las personas con sus defectos también, porque todos tenemos defectos y debilidades en las que debemos trabajar para mejorar como personas.

- En eso tienes mucha razón, a mí me ha ido mal a veces por confiarme tanto.

- Bueno, suele pasar, lo importante es que no pierdas tu esencia y tengas cuidado porque hay personas que como van heridos por la vida y no quieren sanar te lanzan su basura, un insulto, un mal trato, un resentimiento, o te echan luego en cara las cosas si hacen algo por ti.

- Me ha pasado.

- Bueno has ido copiando muy bien todo, esta de queso es sencillita. ¿Qué te parece?.

- ¡Me encanta!.

- Ahora te toca a ti, cierra la tuya y le das la formita de media luna, ya vengo que está llamando mi mamá en el teléfono.

A los 5 minutos:

- ¡Liliiiiiiiii!.

- ¿Queeeeeeeé?.

- ¡Ay no,Lili!.

- ¿Qué pasó?.

- Mi empanada no salió bien...quedó con la forma de un puto calcetín.

- Para ver.

Juro que traté de no reírme pero ella al decirme: "No te rías", pues yo solté la risa.

- Jajajajajajajajajaja

- ¡Qué mala!.

- No me río por el calcetín.

- ¡Liliiiii!.

- Mira el lado positivo, acabas de hacer artísticamente algo que es cierto, las medias a veces huelen a queso, y esta empanada tiene su relleno de queso, hagamos otra y saldrá mejor.

   Y así hicimos otra, en eso suena su celular, ella lo ve y me pela los ojos:

- Lili, ¡Es el maracucho!.

- ¡Atiende!.

- ¿Qué le digo?.

- Tranquila, deja los nervios, tú normal, como si fueras Miss Mundo internacional, la mami, la chica bella, la mejor jajajajaja.

- ¡Hola!

   Lo colocó en alta voz y yo seguí picando aliñitos, mientras que ella casi se derretía como mantequilla cuando el maracucho le dijo:

- ¡Hola bonita! Vos me tenéis olvidado, te dejé un mensaje y no respondiste.

- ¿Cuándo?.

- Hace rato, por eso te llamé.

- Ah, es que estaba haciendo unas cosas.

- ¿Cocinando?.

- Si.

   Yo suelto la risa y porque le mostré a ella su calcetín de empanada. Y ella me hace señas de silencio.

- Mira, yo quería decirte que vos me alegraste mucho con eso que me preparaste. Tú como que me quieres engordar para diciembre.


   Y yo bajito dije:

- Para llevarte al altar mijito.

   Y ella otra vez me hizo señas que hiciera silencio, tuve que salirme porque yo me conozco y me iba a empezar a reír.

Bueno y esa fue nuestra primera clase.  


Lili.

La montaña



   Muchas veces pediste que se quitara la montaña, pero lo sorprendente es que se te concedió fuerzas para escalarla. Al llegar a la cima pudiste ver la vista y apreciarla, y entender que a veces no es lo que se pide sino lo que desarrollas cuando luchas con todas tus ganas. 

    Lili.

domingo, 8 de septiembre de 2019

Un amor que no pudo ser

   Estaba esperando a mi vecina peruana, había aceptado en enseñarle a preparar algunos platos típicos de mi país.  Ella realmente estaba muy emocionada cuando la vi en la mañana, ya en la tarde estaba yo bromeando en twitter con un mal chiste que lancé y se salió de control, pero bueno, tocó la puerta y al abrir ella estaba allí vestida aún con su uniforme de trabajo y una cesta con sus ingredientes para preparar algunas cosas, además, yo también debía dejar listos algunos guisos para el día siguiente y no perder tanto tiempo.

   Primero le dije que si quería chocolate o café para hablar un ratico, porque aunque no era problema mío su vida, debía saber que yo había contado algunas cosas por twitter como anécdota y eso se regó como pólvora.  No quería que luego ella se tropezara con la información en internet y fuera a sentir que traicioné su confianza y así empezó nuestro diálogo:

- Bueno, primero que todo quiero agradecerte por la confianza de compartir conmigo tu deseo de aprender a cocinar platos típicos de mi país y de conquistar a un venezolano, pero debo confesarte algo y tienes derecho a enojarte.

- No me asustes, ¿qué sucede?.

- Yo uso mucho twitter y siempre narro mis vivencias allí, también tengo un blog y escribo de todo, cuentos, relatos, historias y me pareció bonito compartir que alguien de acá quisiera aprender a cocinar las cosas de mi país, además que te llame la atención un venezolano, lo comenté y se hizo viral.

- ¿En serio?.

- Si, es en serio, pero no dije tu nombre, ni la empresa, nada, de hecho quiero mostrarte la publicación, salió también en una página que se llama Maduradas.

Entonces le mostré con mi cel y ella se empezó a reír.

- Necesito leer todo lo que dicen.

- No, realmente hay malos comentarios, pero la mayoría están emocionados y apuestan al amor.

- No tengo cuenta en twitter.

- ¿Y el muchacho?.

- No lo sé, generalmente hablamos por facebook.

- Eso quiere decir que por ahora estamos a salvo. Pero debes pensar que en algún momento se va a enterar.

- Eso no es problema para mí, quiero aprender a cocinar comida venezolana y me voy a casar con un venezolano.

- ¡Hablas con tanta seguridad y determinación!.

- Lili, son tantas cosas, de hecho puedes anotarlas si quieres, para tu blog, para ellos, yo no tengo ningún problema mientras no saques mi nombre ni el de mi familia.

- Está bien, te escucho.

- Yo crecí en un hogar con muchas mujeres, y vi muchas cosas tristes que no quiero contar, pero una de mis tías luego de divorciarse se casó con mi tío Daniel, él es venezolano, después de sufrir tanto, mi tío Dany le borró tanta amargura y tanto dolor a mi tía, y a todas nosotras nos trata muy bien, a mí me trata como hija, me ha consentido desde chibola, hace bromas, ríe mucho, y crecí viendo a Venezuela así, con el rostro de mi tío Dany.  Tuve novios peruanos, incluso uno chileno y me fue muy mal en el amor.  Hasta que conocí a Luis, un venezolano con el que tuve una relación de un año, y me hizo muy feliz.

   Tuvimos muchos planes juntos.  Lo conocí aquí, yo siempre he visto con comprensión a tu gente, porque conozco por mi tío todo lo que le pasa a su familia allá. Un día vi a Luis vendiendo en Lima unos dulces y ese día yo estaba muy triste, había terminado con mi novio porque mis amigas le tomaron una foto saliendo de la mano con otra en el cine.  Yo me acerqué con los ojos rojos porque había llorado tanto a comprarle unos dulces, y él me dijo:

"Entre lágrimas y todo, son los ojitos más bellos que haya visto en mi vida".

   Yo me sonreí, pero no dije nada.  Como yo trabajo por la zona donde él repartía los dulces, al día siguiente me gritó: "Adiós ojos bonitos".

   Yo miré y era él, me saludó con su mano.  Otro día se repitió lo mismo y tuve que acercarme, le compré dulces, y él me dijo:

"Pensé que me ibas a seguir ignorando".

Y lo miré feo. Pero él me dijo:

"Malos ojos son cariño...el que persevera vence y un día tú vas a ser mi novia ¿oíste?".

   Yo por supuesto me pareció una estupidez, ¿qué se había creído?, pero me lo dijo serio, y me miro sabes, bien, no era una mirada fea, era una mirada así como cuando alguien ve las estrellas, yo me sentí como única porque ningún hombre me había visto así, quizás con morbo o con una mirada de lujuria si, pero él me miraba...

- ¿Te miraba bonito?.

- Si.  Un jueves me llegaron unas flores a mi oficina, y adivina de quién eran.

- ¿De Luis?.

- Si, se las ingenió y con el vigilante también venezolano, me mandó unas flores con unos caramelos de los que él vendía.
Yo me reí, pero confieso que me gustó mucho eso, allí mi mente empezó a pensar en él. Y nuestra historia tuvo su inicio así.
Pero las cosas maravillosas tienen un fin.

- ¿Te dejó por otra?.

- No, ojalá hubiese sido eso.
Empezamos a salir, y me enamoré perdidamente de él, confirmé lo que siempre he sabido de ustedes, que ríen mucho, que son personas muy cariñosas, trabajador. A pesar de haberse graduado de médico era muy humilde aceptando trabajos informales. Luchador. Todo lo que yo quería. Se fue a Venezuela, a buscar a su mamá para traérsela cuando ya se estaba estabilizando. Pero me lo mataron, Lili. Me mataron a Luis, porque sabían que él tenía dólares y su mamá me llamó para darme la noticia.  Yo pensé lo peor, pensaba que era mentira y que había mandado a su mamá a que me dijera esas mentiras, pero no Lili, su mamá grabó vídeo y le tomó una foto en el ataúd para mostrarme, yo me sentí tan mal por no haberle creído, que ella me dijo: "Mi hijo te amaba, cómo ibas a pensar mal de él si más bien me había pedido que le hiciera un traje de vestir porque se quería casar con su novia peruana".  

   Así fue como ella me relató lo que le pasó y rompió a llorar, era un llanto tan doloroso, a mí se me aguaron los ojos al verla así y escucharla decir: "¡Cuán feliz fui con él!".  Se calmó, se secó sus lágrimas y siguió:
   

 - Y bueno pasó un largo tiempo y me fui recuperando de este dolor, y llegaron a trabajar conmigo varios venezolanos y venezolanas, porque buscaban siempre hacerme reír, son como usted, muy amables. Este maracucho que le comento me hace reír mucho, y yo amo eso en él, trabajo con él, un caraqueño, un gocho, una muchacha de barquisimeto y una niña que entró hace poco que es de Monagas.


Continuará...


Lili.

Mensajes por WhatsApp

Mensaje: mira estos captures y me dices qué piensas.

Respuesta: A laaa verrrr...Lilita pero es que vos no me escuchas. Nosotros te decimos no te metáis en el tuiter ese, a hablar con robots y tú sigues. Más bien contAme cómo le fue a la peruanita. 
Por cierto no se te ocurra decir el nombre de ella. Mira que vos tas loca, te pusiste a dar el nombre mío en esa verga y me buscaron en mi féis y yo me tuve que hacer 'er' loco.

Mensaje: Dicen que te imaginan como Rafucho el maracucho. Lo busqué y si te pareces un poquito.

Respuesta: Jamás. mirá Lilita, el lunes nos cuentas bien lo de la peruanita. No le hables a esa gente que luego necesitarás un guarda espaldas como Mack Guiber.

Mensaje: ¿Quién es ese bicho?.

Respuesta: ¿No sabéis?. Ése era un maracucho muy arrecho que contrató la CIA. Era tan inteligente que con un poquito de alcohol, dos clavos y una bolsa de Doritos hacía una bomba. Búscalo en yutubi.
Mira dice Osita que vas a morir de envidia cuando veas el nuevo look.

Mensaje: Dale. El lunes.

Respuesta: Pero no pongáis más nada en tuiter.

Yo: Trataré

Robots


- ¡Buenos días Lilita!. Dame mis empanaditas dietéticas.

- ¿Cómo?, ¿Te vas a comer unas 'santicas' hoy?.

- Si, porque vos sabéis que uno debe conservar la figura. (Dijo golpeando su panza).

Su esposa pide las mollejuas y el maracucho al probar las de él dice:

- ¡'Tan buenas!... Lilita y decíme ¿Qué pasó con la peruanita?, Tenéis que ayudarla. No hagáis caso a los envidiosos del twitter que no creen en el amor. Además, Lilita, yo te voy a decir algo que probablemente no te va a gustar escuchar.

- ¿Qué será?.

- Esos 9 mil seguidores tuyos...

- Ya son 11 mil.

- ¡Vergación!...bueno, esos 11mil seguidores son robots, de esos 11 mil sólo 20 personas son de carne y hueso.

- ¿Por qué dices eso?.

- Investiga Lilita, son robots que programan pa' que te lo cepilléis. Sólo unos veinte que te dicen que ayudes a la peruanita son humanos. Los demás son máquinas, estáis hablando con puras máquinas, Lilita. Y te puedo jurar que los que te dicen que ayudes a la peruana son gente maracucha. Nosotros creemos en el amor.

Continuará.

Lili.

sábado, 7 de septiembre de 2019

Alguien me mira

   Hay momentos en los que uno siente que alguien te está observando y cuando volteas, si, allí hay una mirada fija sobre ti. ¿Les ha sucedido?. En ocasiones esa mirada puede ser agradable, simpática, de complicidad.

   En otras ocasiones esa mirada puede ser incómoda, desagradable. En este caso sentí que alguien me observaba, volteo y si, allí estaba, esa mirada fue bonita, pero seguí recogiendo mis cosas pues ya había terminado la jornada, al ir caminando sentí que me seguían, volteo y venían dos señoras hablando y si, la mirada de él, esa mirada bonita, estaba allí, yo sigo adelante, sonriente.

   Pasé unas dos cuadras y al voltear no estaban las señoras, pero él seguía caminando hacia mí, supuse que iba hacia donde yo iba también. Tranquilos que no era ninguno de los troles de Twitter persiguiéndome, a ésos había dejado muchos kilómetros atrás con sus piedras y antorchas. Me detuve en un lugar a comprar unos tomates que necesitaba y supuse que él habría seguido su camino.

   ¿Cuál fue mi sorpresa?, Allí estaba, mirándome bonito. Así que rompí el silencio y dije:

- ¡Hola!. Soy Lili. ¿Cómo te llamas?. (Extendiendo mi mano hacia él)

Besó mi mano, que bonito encontrarse a alguien así de amable y gentil.


Twitter

   Hace un tiempo que escribo en twitter mis vivencias, allí he conocido gente maravillosa y otra gente que mejor no digo nada, como diría mi abuela:  "Sí no tienes nada bueno que decir de alguien, mejor no digas nada", ha sido una red maravillosa porque allí he conocido algunas personas que hoy día les puedo llamar familia porque están allí para animarme, para darme alguna palabra bonita de buenos días, para reírnos juntos e incluso para poder llorar.  Poco a poco fue creciendo el número de seguidores, cosa que no me preocupaba porque al tiempo dejaban de seguirme, me interesaba más por aquellas personas con quienes podía compartir cosas en común, que les agradaba reír en medio de tanta "roncha" que pasamos y bueno...empezó a llegar gente con las historias, luego con los malos chistes, pero así como llegó gente realmente increíble y genial, también llegaban los insultos, las groserías, las malas respuestas de una cantidad de gente que buscaba desesperada en dónde dejar su basura, a veces silenciaba, en otras no quedaba otra cosa que bloquear, pero es como para reflexionar del daño que está haciendo el dolor que lleva mi gente, el estrés diario, la incertidumbre, la falta de paz y de vivir de manera "normal" que llevan a las personas a niveles de estrés brutales, de depresión, cosa que viví en carne propia.

   He aprendido a callar, he aprendio a entender, he aprendido a mirar y no me enojo, me da dolor pero por ellos, porque erámos gente con un sentido del humor tremendo.  Poco a poco eso se está perdiendo y ha entrado una especie de trance, del insulto, de yo sé más que tú, yo te atropello porque me da la gana, de tú eres basura y yo voy a insultarte, y lo veo venir de todas partes, trato en lo posible de contestar de manera amable, de seguir allí para pintar la sonrisa de los que están allí atrapados en ese mundo que pide a gritos:  "Ya no quiero pensar más en esto", y estos días lo he hecho, me levanto, dejo mis escritos, a algunos les gusta a otros no, pero a alguien le hace bien y eso me basta.

  Los malos chistes corren rápido y aunque algunos ríen otros quieren con todas sus ganas de lanzar alguna cosa con la que se pueda lastimar, porque eso son las palabras, armas letales, de amor o de destrucción.  

   Me vine entonces hoy a escribir en mi blog, el lugar que siempre utilizo cuando quiero olvidarme de todo.  Acá puedo escribir de poesía, cuentos, mis vivencias y quedan allí para que cuando mis pequeños estén más grandes puedan leer todo.

   Ya hay muchísimos seguidores, pero es por el relajo, no es porque sepan quién soy o porque quieran realmente leerme, particularmente pienso que uno sabe los seguidores que tiene por la cantidad de gente que en realidad te lee. En mi caso puede decir 11 mil seguidores, pero siempre hay 40 que comentan y 100 que les da me gusta a lo que escribo, en ese caso sabes que realmente un número no dice nada. 

   A Cristo lo llegaron a seguir miles pero esos miles luego gritaban crucifíquenle.  De los doce sólo quedó uno al pie de la cruz con algunas mujeres que le servían, entonces realmente un número no dice quién cree en ti, ni quién te ama.

   Hoy justamente alguien me decía que yo escribía como escribía y hacía chistes malos para ganar seguidores, y por eso pensaba y meditaba todo esto que estoy escribiendo.  

   Estoy agradecida a Dios con la gente que no son mis seguidores sino mis amigos, que me dejaron ser quién soy, quien no me pedían "Mira ¿cuándo me vas a seguir de vuelta?" porque me dejaron conocerles, no sólo me permitieron interactuar con ellos, sino que me dieron tiempo de sentirme cómoda hablando con ellos para poder llegar a un punto de llamarles mis panas, de reír con ellos, de mandar a veces un whatssap llorando pidiendo un consejo, eso no tiene precio, eso es amistad...el mejor invento del ser humano.

Lili.

Nudos de la garganta


  Todavía recuerdo aquellas calles que solía caminar, cuando extraño tanto las cosas, cierro mis ojos y allí está, intacta a pesar de tanto desastre y maltrato que ha llevado a causa de la crisis que derrumbo mucho en ella, mi ciudad, con sus cerritos y montañas, con su Av. Cedeño por la que solía caminar, aquella Av. Lisandro Alvarado que conocía como la línea más amplia de mi mano.  Y si, su sol, ese sol del que tanto me quejaba y que hoy extraño tanto.  

   Aún me veo caminando por la Av. Las Ferias para agarrar el transporte, o cuando caminaba para ir al liceo a trabajar, y si voy más atrás de los recuerdos, está Naguanagua, la UC y las "iguanas" para ir cuando estudiaba allá.  Se hace presente aquella avenida principal que me llevaba a los Guayos...entonces de pronto como una lluvia de amor, veo aquellos abrazos de mis estudiantes, escucho los "¡Buenos días!" de la señora que limpiaba todo para dejar el piso como un espejo en el que a veces solía patinar de lo resbaloso que quedaba, y yo creía que estaba en una pista de patinaje y Rosa me decía:

- ¡Profesora, se va a caer!.

   Para luego esconderme en un salón y trancarme con llave para que los muchachos me dejaran comer tranquila en el receso pues según ella:

- Andan como abejitas tras la miel, buscando sus cuentos y su cariño.


   No dejo que nada interrumpa ese momento, me quedo con ese instante y entonces mi mente trae más recuerdos: la gente, los rostros, esas sonrisas de gente desconocida que respondía a mi sonrisa si yo sonreía en la calle.  


   Abro mis ojos y desaparece todo, está este frío que me hace extrañar mi clima, y estas cuatro pequeñas paredes que me gritan:  "Vuelve a tu hogar", pero veo a mis dos niños, que pueden comer y llevar una infancia normal, que pueden estudiar sin tantas limitaciones y me digo que valió la pena llegar hasta este país que nos cobijó.  

   Vuelvo a cerrar mis ojos tratando que vayan apareciendo todos los recuerdos que me arropan el alma, esos recuerdos que te hacen cantar nuevamente la canción de infancia que cantaba la abuela, aquel regaño lleno de amor de los maestros de primaria para que dejara de hacer caricaturas y estar escribiendo cuentos que nadie leía, sólo eran para mí, y heme aquí, escribiendo nuevamente, desahogando el alma de tanto duelo, de tantas cosas que se atoran en la garganta, es un nudo que sube por el corazón, de esos latidos que se quiebran por tanta nostalgia, entonces van subiendo como suspiros a la garganta, sientes que la cara se te pone caliente y entonces los nudos bajan como lágrimas por los ojos...sin que nadie pueda verte, en silencio, llorando calladita para que los niños no se despierten, y tratando que no sean tantas de tal manera que mi cara no vaya a estar tan hinchada al madrugar e irme a trabajar.  

   Mamá me llama y pregunta si estoy bien, le digo que si. Después de todo, hemos sido enormemente bendecidos al poder sobrevivir al hambre y la miseria que me impedía alimentar a mis niños.  Es hora de descansar, veo la hora, vuelvo a cerrar mis ojos, esperando volver a soñar con mi Valencia, esta vez sin más nudos en la garganta.

Lili.  

#Leamosuncuento.