Mi
mejor amigo Nacho
Nunca había tenido un mejor amigo, aún y cuando ya tenía dos años
viviendo en mi nuevo hogar. Mi mamá
trabajaba todos los días para llevar la comida a casa y casi nunca la veía,
pues cuando llegaba yo dormía.
Osy era mi único compañero de juegos lo prefería a él en vez de esos
niños que me gritaban gocha por el acento que tenía, pues mi abuelita era de
allá, y aunque yo había nacido en Valencia, me había criado mi abuela. Me sentía muy sola. Hasta que un día conocí a Nacho, era un
cachorrito y le pedí a mi mamá que me lo comprara, no era de raza pura, pero
era muy bonito, y al no ser de raza no costó mucho dinero y lo llevamos a casa.
Al fin tenía un amigo, lo enseñé a ir al baño en un periódico y aprendió
muy rápido. Era mi mejor amigo, ya mamá
no podía pegarme con la correa porque Nacho me defendía y si yo lloraba él
aullaba de tristeza, me acompañaba en mis juegos, ¡yo era tan feliz con su
compañía!. Pero un día Nacho se portó
mal, rompió una bolsa de basura y mi mamá se enojó mucho, y aunque yo ayudé a
recoger la basura, mamá le dio una paliza y me dijo:
-
¡Estoy harta de este
perro!.
No sé a qué se refería porque ella casi no estaba en la casa y era yo
quien siempre le botaba su caca y también lo bañaba. Mamá antes si amaba a Nacho cuando era
cachorro, pero al crecer ya no lo quiso, yo no pude evitar que separara a Nacho
de mí, no lo pude defender cómo él lo hacía conmigo. Entendí que algunos adultos sólo aman a los
niños y a los animales cuando estamos chiquitos porque les inspiramos ternura,
pero cuando crecemos no entienden que somos traviesos, como sí ellos no
hubiesen sido niños.
Lloré mucho, pero de nada sirvió, porque lo regalaron a otra familia,
Nacho dejó de comer y finalmente a las dos semanas de estar lejos de mí,
murió. Yo no pude hacer nada por mi
mejor amigo, sólo era una niña, y en el mundo de los adultos pocas veces se
escucha la opinión de un niño.
Autora: L.A.L. (Lili cuentacuentos)
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