La tortuguita se fue a nadar en el océano y muy lejos llegó,
y aunque todo era tan diferente, tan extraño, ella con amor lo aceptó.
Se protegió con su caparazón, y en pocas personas confió,
y aunque habían tiburones cerca, ella con ellos convivió.
Todos se preguntaban, de dónde sacó tanto valor,
de dónde fluía todo su amor,
luego lo entendían cuando sus dos hijos junto a ella juegueteaban,
eran el motivo de su fuerza y de su esperanza.
Por: Lili (L.A.L)
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