Dejé abierta mi ventana, para que entrara la luz del sol,
para oír el canto de las aves, y para elevar una oración a Dios.
Dejé abierta mi ventana para tal vez verte a lo lejos pasar,
deseando que en un recuerdo bonito me pudieras suspirar.
Dejé abierta mi ventana y le pedí al Señor por ti,
que ilumine tu sendero y puedas ser feliz.
Por: Lili. (L.A.L)
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