Cuando tu desespero te despierte al pensar en mí, abrázame fuerte sin dejarme ir,
y en ese sueño solos los dos,
acurruca mi alma y acaricia mi corazón.
Entonces cuando despiertes y yo no esté,
suspira conmigo pues en mis brazos bebiste la mejor miel.
Por: Lili. (L.A.L.)
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