Me invitas a tus sueños, donde todo es sublime,
donde el dolor en tu pecho ya no te oprime,
y la dulzura de un abrazo no se reprime.
No, no es la brisa que acaricia el pensamiento,
soy yo, cuando te visito en los sueños,
y con ternura observo tus recuerdos.
Dices mirarme en silencio...pero tus ojos gritan más que eso,
dicen que yo te importo e intereso,
yo sólo sonrío, al verte como niño travieso,
y vuelvo de regreso,
para oír tu voz...que ya conocía de antes,
de un tiempo perdido...un espejismo de instantes.
Por: Lili. (L.A.L.)
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