Un samán con el canto de las aves inquilinas despertó,
miró a todos lados, sonriente bostezó,
dando la bienvenida a una familia de conejos
que a su abrigo la madriguera construyó.
El samán había alcanzado gran tamaño y madurez
sin olvidar el pasado que un día le hizo crecer.
Por: Lili (L.A.L)
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