sábado, 24 de agosto de 2019

¿Cuál es el bochinche quetienen ustedes acá?

¿Cuál es el bochinche que tienen acá ustedes?.

   Los años de bachillerato son bonitos. Al menos para mí lo fueron. Yo estudié en un Fe y Alegría la primaria y parte del bachillerato. Mi quinto año lo hice en otro Liceo que quedaba en el centro de la ciudad. Yo era la típica come libros. Me gustaba oír de historia con el profesor Ordóñez, el primer cuenta cuentos que conocí. Sus cuentos de historia eran fascinantes. Yo siempre sacaba 20. Era un señor alto, moreno, de bigote y sonreía muy bonito, solíamos echarle broma con una profe rubia.

 Él siempre iba de punta en blanco. Con corbata y esos zapatos relucientes. Era el profe guía. Ese salón era muy bochinchero. Yo jamás me enteraba de nada porque mientras ellos reían, mi mente estaba sumergida en alguna lectura, haciendo algún dibujo en mi diario o escribiendo.

 Un día me pasaron un 'chimografo', era un cuaderno con muchísimas preguntas donde tomabas un número, ibas respondiendo una a una cada pregunta. Noté que cuando me lo pasaron se rieron mucho. "Llena mi chimografo" me dijo la muchacha con una media sonrisa. Encogí los hombros.

- Ok. Lo llenaré.

   Habían preguntas normales, pero a la número 10 no entendía nada, eran preguntas que para mí no tenían sentido. Y en mi inocencia traté de responder. Hubo dos preguntas que recuerdo.

- ¿Te gusta el beso negro?.

Y yo, en mi mente pensé que se refería al único negrito de la clase, y escribí:

- Él no me saluda con beso, se cree la última Pepsi cola del desierto en el liceo, pero negro que no es creído, no es negro.

La otra pregunta:

- ¿Con cuántos polvos puedes?

A lo que yo respondí (por favor no se rían)

- Pues yo sólo uso un polvo; polvo Mon reve.

   Yo creí que me hablaban de maquillaje, así respondí. Lo entregué y me senté de nuevo.  Las muchachas del salón leían y morían de risa, me miraban, leían y reían, eso eran unas risas escandalosas, con ganas, y llamaron a los muchachos.  De pronto estaban leyendo el cuaderno y reían sin parar. Llegó Ordóñez y dijo:

- ¿Cuál es el bochinche que tienen acá ustedes?.

- ¡Nada profe! Riendo por los polvos Mon reve.
Contestó alguien.

   Él les quitó el cuaderno, y empezó a leer todo. Ponía esos ojos grandes y los veía.  Hacia gestos de "No", colocaba su mano en la frente, y ellos reían. Entonces se detuvo sonrío y me miró con ternura. "Venga acá hijita". Me llamó y colocándose en pie me dijo  serio:

- No haga caso a esta cuerda de locos ¿Oyó?.

   Pasaron los años y supe qué era polvo por una canción de caramelos de cianuro y le conté a una amiga sobre el asunto. En la universidad mi grupo fue el más zanahoria y nerd del mundo, jamás me sentí con elllos incómoda como aquel día.  

Lili (L.A.L) ¡Leamos un cuento!.

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