Judith y Roy
Judith y Roy eran dos norteamericanos que vivían en mi país. Se dedicaban a trabajar en los barrios más pobres de mi ciudad. Los conocí en mi adolescencia y tuve la fortuna de trabajar con Judith con niños en una condición de pobreza extrema. Ella amaba a Venezuela.
Un día me llevó a un barrio donde no entraba transporte. Ella tenía una camioneta todo terreno. Y ya la conocían todos. Le pregunté:
- ¡No te da miedo que te maten en este barrio!.
- No, y ¿Sí me matan qué? Moriré haciendo lo que amo por la gente que tanto amo. Mi Jesús murió por nosotros, quien diga amar a Jesús y no estar dispuesto a dar su vida por lo que se ha perdido, no es digno de llamarse su discípulo".
Contestó muy seria.
Alguien la detuvo y le contó que una mujer estaba muy enferma en cama. Judith me dijo que era una señora que también servía allí con la comida a la gente. Roy (esposo de ella) nos dejó allí y entré con Judith a la habitación. La mujer estaba en la cama, se quejaba del dolor. La habían visto los médicos pero sólo le habían mandado calmantes para el dolor.
- ¿Quién es?. Preguntó la mujer, señalándome.
- Ella es Lili. Responde Judith.
- Parece un ángel.
Y yo como soy saboteadora le contesté:
- Tienes que ir urgente con el doctor...pero al oftalmólogo porque hoy estoy más greñuda que nunca y ve, ando embarrialada (mis zapatos estaban sucios.porque había mucho barro)
La señora se sonrió. Dijo: Creo que me voy a morir.
- No diga eso. Vamos a orar.
Y entonces hice una oración pero mencionando cada parte del cuerpo con una rima, yo no recuerdo las palabras exactas, pero si recuerdo que ella reía y reía al oírme. Yo creí que Judith me iba a regañar, pero seguí, dando gracias por todo, fue una oración con rimas. Y ella sonreía.
- ¡Qué bonito!, Me gustó lo que le dijiste a Dios de mí.
Al día siguiente estábamos con los niños trabajando y llegó ella feliz, con otro semblante. Judith estaba boca abierta, todos se asombraron. Yo no sé si fue la fe, la risa o el simple hecho de sentir que le importaba a alguien. Pero asombró a todos con su recuperación inmediata.
Judith y Roy lamentablemente ya no están en nuestro país. Están ya muy ancianos con Sus hijos en USA. Dieron toda una vida a Venezuela. Gracias por tanto. Acá una foto de ellos que me quedó de nuestra despedida.
Lili (L.A.L)
Contestó muy seria.
Alguien la detuvo y le contó que una mujer estaba muy enferma en cama. Judith me dijo que era una señora que también servía allí con la comida a la gente. Roy (esposo de ella) nos dejó allí y entré con Judith a la habitación. La mujer estaba en la cama, se quejaba del dolor. La habían visto los médicos pero sólo le habían mandado calmantes para el dolor.
- ¿Quién es?. Preguntó la mujer, señalándome.
- Ella es Lili. Responde Judith.
- Parece un ángel.
Y yo como soy saboteadora le contesté:
- Tienes que ir urgente con el doctor...pero al oftalmólogo porque hoy estoy más greñuda que nunca y ve, ando embarrialada (mis zapatos estaban sucios.porque había mucho barro)
La señora se sonrió. Dijo: Creo que me voy a morir.
- No diga eso. Vamos a orar.
Y entonces hice una oración pero mencionando cada parte del cuerpo con una rima, yo no recuerdo las palabras exactas, pero si recuerdo que ella reía y reía al oírme. Yo creí que Judith me iba a regañar, pero seguí, dando gracias por todo, fue una oración con rimas. Y ella sonreía.
- ¡Qué bonito!, Me gustó lo que le dijiste a Dios de mí.
Al día siguiente estábamos con los niños trabajando y llegó ella feliz, con otro semblante. Judith estaba boca abierta, todos se asombraron. Yo no sé si fue la fe, la risa o el simple hecho de sentir que le importaba a alguien. Pero asombró a todos con su recuperación inmediata.
Judith y Roy lamentablemente ya no están en nuestro país. Están ya muy ancianos con Sus hijos en USA. Dieron toda una vida a Venezuela. Gracias por tanto. Acá una foto de ellos que me quedó de nuestra despedida.
Lili (L.A.L)
0 comentarios:
Publicar un comentario