La fianza
En todas las cárceles del mundo muchos inocentes se han visto, maltratados como unos convictos, la injusticia y la desdicha que muchos inocentes han vivido es una verdad que da escalofrío. En este cuento todo es realidad, lo vi de cerca y se lo voy a relatar.
Había un preso, pero no era de Tocuyito, era joven y apuesto, cantaba bonito. Cayó preso y decía ser inocente. Pero ya usted sabe lo que piensa la gente: "¡Si estás preso por algo será!", Sin escuchar del otro su versión de la verdad.
Aquel preso cantaba para pasar el rato en su prisión, pero lejos de allí estaba su corazón. Soñaba con regresar a su hogar y llevar por el mundo su cantar. Es que como él no cantaba ni Carlos Vives, de los presos era al que llamaban "el Convive".
Un día el carcelero se enfermó, y le pidió a otro guardia que le hiciera el favor, de llevar la comida que sólo era arroz.
El nuevo guardia al Convive escuchó y ¡Supo de inmediato que era cierta su versión!. Que preso no debía estar y le debían su libertad. Le dijo:
- A escapar te ayudaré, pero no mires atrás y piérdete de una vez.
Abrió la celda y así pudo volar, el Convive; el más bello turpial.
El Carcelero se enojó por lo que hizo el guardia encargado, que era mi hijo pequeño, mi niño amado.
Yo pagué la fianza de aquella ave que mi hijo liberó, dándole al dueño unos billetes para que se sintiera mejor.
Lili (L.A.L) ¡Leamos un cuento!.
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