miércoles, 21 de agosto de 2019

La maldición de las flores



La maldición de las flores 



   Frente a mi casa había un señor que era músico. Se había casado con una muchacha llamada Rosa. Yo nunca me enteraba de nada pues en la mañana trabajaba y en la tarde me dedicaba a mis hijos y hacía cosas para vender en la tarde. Pero siempre oyes los cuentos de la gente. 

   Un día Rosa se llevó todo y dejó al hombre. La gente decía que se había ido con otro y dejó al esposo sin nada. Al poco tiempo en esa casa se vio a una mujer muy parecida físicamente a la otra. Juraba que eran hermanas. Pero ella misma se me presentó. 



- Soy Rosa, la mujer de Armando. Pero no la otra Rosa. 



   Y allí ella me empezó a contar su vida, pero ya cuando me empezó a hablar mal de la otra Rosa la corté, disculpa, debo irme ando apurada. Ella parecía feliz con Armando. Teníamos un amigo en común. Al que llamaban todos "Tripa sin aire" y él llevaba con orgullo su apodo. Era un flaquito desinflado pero con estilo. Tripa me dijo: 



- Ay mana la Rosa le monta cachos al Armando. No sale de la maldición de las flores, primero la Rosa de antes, ahora ésta. 



- No te metas en rollos. Le respondí yo.



- Pero pobre hombre mana.



   Bueno un día saliendo al trabajo, vi como el vecino, esposo de su "mejor amiga" entraba a aquella casa y Rosa cerraba la puerta. Pero yo seguí de largo. En eso está Tripa cerca que también había visto la escena. 



-¿Viste eso?.


- Si pero vamos bajando que voy a llegar tarde al liceo y tú a tu tecnológico. 



   Al bajar vimos a Armando desayunando empanadas. Y Tripa me dijo: 



- ¡Te brindo una empanada!.



Yo acepté, sin imaginar lo que Tripa tramaba. Saludó a Armando. 



- ¡Hola negro!. 



- Echa pa'llá Tripa.


Y comiendo empanadas le dice mirándome: 



- ¿Verdad que la Lili es bella?. 



Y él:



- Toda una señora hermosa.



Sigue Tripa diciéndole:



- Mira Armando, ¿a ti no te gustaría un trío?.



   Armando casi se atraganta con la empanada. Lo ve a él y se me queda mirando a mí.


- Nunca lo he hecho. Pero ¿Por qué no?.



- Ay mijo pues corra rápido a su casa porque su mujer Rosa y su vecino ya empezaron el trío sin usted. ¡Pero corra ya para que los encuentre!. 



   Aquel hombre tiro el resto de empanada que le quedaba y corrió. Yo no fui. Tripa corrió con él.  Cuenta tripa que los sacó a los dos desnudos de su casa. Hace un mes le pregunté a Tripa por la gente del vecindario. 



Me dijo: 



- ...y el tal Armando es LIBRE pero empezó a salir con una tal Margarita. Espero se haya librado de la maldición de las flores.




Lili (L.A.L)  ¡Leamos un cuento!.

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