El Dinosaurio Robot
El Dinosaurio Robot vino en una caja,
olía a plástico nuevo, llegó a una casa,
el niño con alegría lo llevó a jugar,
le mostró el parque y lo enseñó a pintar.
El Dinosaurio Robot se convirtió en el favorito
asustaba a los demás juguetes con su fuerte rugido
se sentaba a la mesa con su niño,
y éste de su alimento le daba un poquito.
Un domingo Dinosaurio Robot a la iglesia fue,
y en el sueño de su dueño en la banca quedó
la madre al juguete insistentemente buscó,
aliviada al verlo a lo lejos, suspiró,
lo metió en su bolso y alegre a la casa regresó.
El Dinosaurio Robot se sentía afortunado de tener un hogar,
donde era tan amado, donde podía ser él y dejarse amar.
Por: Lili. (L. A. L)
Dedicado a mi hijo Leandro.
Valencia - Venezuela, Mayo 2018.
Ilustración de Mariana Ruíz Johnson.
Ilustración de Mariana Ruíz Johnson.
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