lunes, 2 de julio de 2018

Azucena


Ella jamás fue rosa, 
y a él eso no le gustó,
le gustaban con espinas,
para que le lastimaran el corazón,
ella no era rosa,
sólo una azucena,
que le brindo sus bondades,
su risa,
su piel bronceada en la arena.

Ella era dulce fragancia,
de una azucena,
le confió su alma, también sus penas,
pero eso le perturbaba, pues ella desordena
lo que él creía, lo que él anhela,
es que aquella azucena apaciguaba sus guerras
con su dulce voz, voz de sirena,

Hicieron el amor, a la luz de las velas,
acariciaron sus corazones y destruyeron cadenas,
se amaron tan profundo como aves que vuelan,
pero el sintió miedo; huyó de la escena,
se devolvió a su jaula,
y no supo más de ella,
de vez en cuando algún pensamiento viajaba a las palmeras.

Por: Lili (L.A.L)

1 comentarios:

Unknown dijo...

Entendió tarde el verdadedro amor.

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