Mis nuevas alas tenían colores de sueños,
la fuerza de la valentía me hicieron volar sin dudar,
el haber aguardado pacientemente de mi crisálida me hizo madurar,
aprendí del silencio, del poder de la oración y la amistad,
valoré a quienes aguardaron muy cerca de mí,
valoré a quienes no soltaron mi mano y no me dejaron partir,
valoré cada sonrisa, cada gesto de amor,
valoré cada minuto nuevo en el que me alumbraba el sol.
Por: Lili. (L.A.L)
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