domingo, 9 de diciembre de 2018

Me hablé a mí misma...


Me hablé a mí misma, 
mirando mi reflejo,
y atrás quedó aquel momento 
en el que se derrumbó lo que a tu lado construí,
y sentí que podía aún vivir, 
con mi frente en alto mi camino seguir.
Me hablé a mí misma 
y aún quedaba aquella niña asustada,
la que escondió sus palabras 
y no volvió a cantar en la mañana.
Aún aguardaba un abrazo de refugio, 
para olvidar el temor,
pero se refugió en Dios, 
amor puro y verdadero,
que te arropa y da consuelo, 
sin esperar nada a cambio, 
pues en Él no hay engaño, 
no habrá nunca nada que temer,
pues su amor es siempre fiel, 
noble y puro,
en Él me sentí en lugar seguro...
y me dije a mí misma que podría confiar,
en sus promesas descansar y marchar 
aunque a veces no hayan fuerzas,
pues Él me dará la fortaleza 
y tener la firmeza,
de a puerto seguro llegar.

Por:  Lili.

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