Él tenía un candado que nadie podía abrir,
pícaramente se mofaba de mostrarlo a ella e invitarla a verle reír,
y ella sabía lo que tramaba, lo que le gustaba hacer,
le hacía un cumplido y a él se le erizaba la piel,
no se acercaba mucho, él la distancia sabía guardar,
para no lastimarse con las espinas, que supuestamente le habrían de lastimar.
Ella reía de sus ocurrencias, y sin él saberlo, ella lo observó,
supo mucho de él...aunque él jamás lo sospechó.
Se quitó su candado, y a éste dijo adiós,
ella sonriente dijo: "Haces justicia,
ese candado es peligroso, puedes encontrar la llave del amor".
Por: Lili (L.A.L)
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